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Concluye la peregrinación a la Meca, la ciudad sagrada de los musulmanes

Más de dos millones de musulmanes participan de la peregrinación anual a La Meca, en el oeste de Arabia Saudita.
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14 de Agosto 2019

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Arabia Saudí

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Epígrafe

Gestionar el flujo ininterrumpido de peregrinos y garantizar su seguridad durante el llamado Hach, una de las mayores concentraciones religiosas del mundo, supone un enorme desafío logístico para el reino árabe. Unos dos millones de fieles, ya sean extranjeros o residentes en Arabia Saudita, realizarán este año el Hach, según la prensa local. El hach es uno de los cinco pilares del islam, que todo musulmán debe cumplir al menos una vez en la vida si tiene los medios para ello. La Meca, situada en un valle desértico y cuyo acceso está prohibido a los no musulmanes, aloja la Kaaba, una estructura cúbica cubierta por una tela negra con bordados dorados en el corazón de la Gran Mezquita y en dirección a la cual los musulmanes rezan cinco veces al día. Los peregrinos vieron la lluvía que se precipitó en parte del peregrinaje como una bendición, ya que los musulmanes creen que las oraciones se responden más durante las tormentas. En toda la etapa del recorrido hacia la Meca, voluntarios asisten a los peregrinos, guiandolos con mapas y brindandoles agua y reparo ante las fuertes tormentas, aunque la tecnología y en especial los smartphones vienen siendo durante los últimos años la mejor asistencia para los viajeros.

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La Meca

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Gestionar el flujo ininterrumpido de peregrinos y garantizar su seguridad durante el llamado Hach, una de las mayores concentraciones religiosas del mundo, supone un enorme desafío logístico para el reino árabe. Unos dos millones de fieles, ya sean extranjeros o residentes en Arabia Saudita, realizarán este año el Hach, según la prensa local. El hach es uno de los cinco pilares del islam, que todo musulmán debe cumplir al menos una vez en la vida si tiene los medios para ello. La Meca, situada en un valle desértico y cuyo acceso está prohibido a los no musulmanes, aloja la Kaaba, una estructura cúbica cubierta por una tela negra con bordados dorados en el corazón de la Gran Mezquita y en dirección a la cual los musulmanes rezan cinco veces al día. Los peregrinos vieron la lluvía que se precipitó en parte del peregrinaje como una bendición, ya que los musulmanes creen que las oraciones se responden más durante las tormentas. En toda la etapa del recorrido hacia la Meca, voluntarios asisten a los peregrinos, guiandolos con mapas y brindandoles agua y reparo ante las fuertes tormentas, aunque la tecnología y en especial los smartphones vienen siendo durante los últimos años la mejor asistencia para los viajeros.
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Gestionar el flujo ininterrumpido de peregrinos y garantizar su seguridad durante el llamado Hach, una de las mayores concentraciones religiosas del mundo, supone un enorme desafío logístico para el reino árabe. Unos dos millones de fieles, ya sean extranjeros o residentes en Arabia Saudita, realizarán este año el Hach, según la prensa local. El hach es uno de los cinco pilares del islam, que todo musulmán debe cumplir al menos una vez en la vida si tiene los medios para ello. La Meca, situada en un valle desértico y cuyo acceso está prohibido a los no musulmanes, aloja la Kaaba, una estructura cúbica cubierta por una tela negra con bordados dorados en el corazón de la Gran Mezquita y en dirección a la cual los musulmanes rezan cinco veces al día. Los peregrinos vieron la lluvía que se precipitó en parte del peregrinaje como una bendición, ya que los musulmanes creen que las oraciones se responden más durante las tormentas. En toda la etapa del recorrido hacia la Meca, voluntarios asisten a los peregrinos, guiandolos con mapas y brindandoles agua y reparo ante las fuertes tormentas, aunque la tecnología y en especial los smartphones vienen siendo durante los últimos años la mejor asistencia para los viajeros.
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Gestionar el flujo ininterrumpido de peregrinos y garantizar su seguridad durante el llamado Hach, una de las mayores concentraciones religiosas del mundo, supone un enorme desafío logístico para el reino árabe. Unos dos millones de fieles, ya sean extranjeros o residentes en Arabia Saudita, realizarán este año el Hach, según la prensa local. El hach es uno de los cinco pilares del islam, que todo musulmán debe cumplir al menos una vez en la vida si tiene los medios para ello. La Meca, situada en un valle desértico y cuyo acceso está prohibido a los no musulmanes, aloja la Kaaba, una estructura cúbica cubierta por una tela negra con bordados dorados en el corazón de la Gran Mezquita y en dirección a la cual los musulmanes rezan cinco veces al día. Los peregrinos vieron la lluvía que se precipitó en parte del peregrinaje como una bendición, ya que los musulmanes creen que las oraciones se responden más durante las tormentas. En toda la etapa del recorrido hacia la Meca, voluntarios asisten a los peregrinos, guiandolos con mapas y brindandoles agua y reparo ante las fuertes tormentas, aunque la tecnología y en especial los smartphones vienen siendo durante los últimos años la mejor asistencia para los viajeros.
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Gestionar el flujo ininterrumpido de peregrinos y garantizar su seguridad durante el llamado Hach, una de las mayores concentraciones religiosas del mundo, supone un enorme desafío logístico para el reino árabe. Unos dos millones de fieles, ya sean extranjeros o residentes en Arabia Saudita, realizarán este año el Hach, según la prensa local. El hach es uno de los cinco pilares del islam, que todo musulmán debe cumplir al menos una vez en la vida si tiene los medios para ello. La Meca, situada en un valle desértico y cuyo acceso está prohibido a los no musulmanes, aloja la Kaaba, una estructura cúbica cubierta por una tela negra con bordados dorados en el corazón de la Gran Mezquita y en dirección a la cual los musulmanes rezan cinco veces al día. Los peregrinos vieron la lluvía que se precipitó en parte del peregrinaje como una bendición, ya que los musulmanes creen que las oraciones se responden más durante las tormentas. En toda la etapa del recorrido hacia la Meca, voluntarios asisten a los peregrinos, guiandolos con mapas y brindandoles agua y reparo ante las fuertes tormentas, aunque la tecnología y en especial los smartphones vienen siendo durante los últimos años la mejor asistencia para los viajeros.
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Gestionar el flujo ininterrumpido de peregrinos y garantizar su seguridad durante el llamado Hach, una de las mayores concentraciones religiosas del mundo, supone un enorme desafío logístico para el reino árabe. Unos dos millones de fieles, ya sean extranjeros o residentes en Arabia Saudita, realizarán este año el Hach, según la prensa local. El hach es uno de los cinco pilares del islam, que todo musulmán debe cumplir al menos una vez en la vida si tiene los medios para ello. La Meca, situada en un valle desértico y cuyo acceso está prohibido a los no musulmanes, aloja la Kaaba, una estructura cúbica cubierta por una tela negra con bordados dorados en el corazón de la Gran Mezquita y en dirección a la cual los musulmanes rezan cinco veces al día. Los peregrinos vieron la lluvía que se precipitó en parte del peregrinaje como una bendición, ya que los musulmanes creen que las oraciones se responden más durante las tormentas. En toda la etapa del recorrido hacia la Meca, voluntarios asisten a los peregrinos, guiandolos con mapas y brindandoles agua y reparo ante las fuertes tormentas, aunque la tecnología y en especial los smartphones vienen siendo durante los últimos años la mejor asistencia para los viajeros.
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Gestionar el flujo ininterrumpido de peregrinos y garantizar su seguridad durante el llamado Hach, una de las mayores concentraciones religiosas del mundo, supone un enorme desafío logístico para el reino árabe. Unos dos millones de fieles, ya sean extranjeros o residentes en Arabia Saudita, realizarán este año el Hach, según la prensa local. El hach es uno de los cinco pilares del islam, que todo musulmán debe cumplir al menos una vez en la vida si tiene los medios para ello. La Meca, situada en un valle desértico y cuyo acceso está prohibido a los no musulmanes, aloja la Kaaba, una estructura cúbica cubierta por una tela negra con bordados dorados en el corazón de la Gran Mezquita y en dirección a la cual los musulmanes rezan cinco veces al día. Los peregrinos vieron la lluvía que se precipitó en parte del peregrinaje como una bendición, ya que los musulmanes creen que las oraciones se responden más durante las tormentas. En toda la etapa del recorrido hacia la Meca, voluntarios asisten a los peregrinos, guiandolos con mapas y brindandoles agua y reparo ante las fuertes tormentas, aunque la tecnología y en especial los smartphones vienen siendo durante los últimos años la mejor asistencia para los viajeros.
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Gestionar el flujo ininterrumpido de peregrinos y garantizar su seguridad durante el llamado Hach, una de las mayores concentraciones religiosas del mundo, supone un enorme desafío logístico para el reino árabe. Unos dos millones de fieles, ya sean extranjeros o residentes en Arabia Saudita, realizarán este año el Hach, según la prensa local. El hach es uno de los cinco pilares del islam, que todo musulmán debe cumplir al menos una vez en la vida si tiene los medios para ello. La Meca, situada en un valle desértico y cuyo acceso está prohibido a los no musulmanes, aloja la Kaaba, una estructura cúbica cubierta por una tela negra con bordados dorados en el corazón de la Gran Mezquita y en dirección a la cual los musulmanes rezan cinco veces al día. Los peregrinos vieron la lluvía que se precipitó en parte del peregrinaje como una bendición, ya que los musulmanes creen que las oraciones se responden más durante las tormentas. En toda la etapa del recorrido hacia la Meca, voluntarios asisten a los peregrinos, guiandolos con mapas y brindandoles agua y reparo ante las fuertes tormentas, aunque la tecnología y en especial los smartphones vienen siendo durante los últimos años la mejor asistencia para los viajeros.
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